En la sede Antofagasta de Ceduc UCN, Amaya Lamadrid Valdenegro, estudiante de segundo año de Mantenimiento Industrial y Mecatrónica, está marcando una diferencia significativa. Con solo 18 años, se ha convertido en delegada de carrera y en referente para sus compañeros, destacando por su desempeño académico y por ser la única mujer de su generación.
Su historia refleja una transformación cultural en la formación técnica, especialmente en áreas tradicionalmente masculinizadas como la minería y la industria. “Al principio tenía muchas dudas, pero hoy puedo decir que fue la mejor decisión que pude haber tomado”, señala Amaya, quien conoció la carrera en una feria vocacional y decidió apostar por un camino distinto, impulsada por su curiosidad y el respaldo de su entorno.
La experiencia ha sido desafiante, pero enriquecedora. El acompañamiento de sus docentes, el compañerismo en el aula y el consejo constante de su padre —con décadas de trayectoria en el rubro industrial— han sido clave en su proceso. Hoy, Amaya invita a otras mujeres a atreverse, recordando que la tecnología, la automatización y el mantenimiento no tienen género: “Aquí se trata de ganas y compromiso”.
Este año, otras ocho mujeres se sumaron a la carrera, abriendo nuevas posibilidades de integración y equidad en la formación técnica. Con convicción y vocación, Amaya no solo estudia: construye futuro.
